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Viernes, 24 de junio de 2022
Candeladas. Qué hermosa palabra. Me la recuerda mi hermano José que me dice además qué palizas nos daban por ir a mataperrear detrás del muñeco de San Juan. El muñeco lo construíamos los muchachos con cualquier palo y diversos desechos que encontrábamos o robábamos de nuestras casas. Al terminar se alzaba imponente y salíamos cantando y bailando en procesión por el barrio, y al final lo quemábamos. Aquí no hay muñecos quemados sólo subnormales haciendo estallar cohetes y cualquier mierda explosiva. Paciencia. Y nos coge la medianoche en la terraza con un riesling alsaciano y una coca de crema y piñones.
Y hoy viene mi rubia preferida más apetitosa que nunca las masitas perfectas (se había dejado adelgazar) y se va en tetas a la piscina y yo que le alcanzo vino y plátanos fritos así no se puede cocinar. Pero qué voy a hacer, cocino. Han regresado las tetas a la piscina qué dicha.