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Miércoles, 8 de junio de 2022

Hasta los huevos estoy de la Revolución. Y hasta los huevos de los poetas revolucionarios. Así Gioconda Belli. Hoy en el diario. Dice Belli que la Revolución Sandinista de la que ella culoengordó, como su camarada Sergio Ramírez, triunfó. Bueno, a la vista está. Ojalá hubiera ganado la Contra, es lo que tengo que decir a la señora Belli. Yo estaba en el aeropuerto de San Antonio de los Baños como recluta del SMO castrista y veía los aviones llenos de armas y soldados cubanos disfrazados de nicaragüenses partir en la noche uno tras otro para asegurar en el poder a los revolucionarios Ortega, Rámirez, Belli y el resto de la cuadrilla. Lo que quiero decir es que la famosa Revolución Sandinista fue, es y será una montaña de mierda asesina, castrista, dictatorial, terrorista y esclavista. Una hedionda secreción del tumor cubano. Un revolucionario cubano es una pústula anal, un revolucionario sandinista (así Belli) una subpústula subanal de la pústula originaria cubana. Qué pena que no ganara la Contra, repito. Los gobiernos norteamericanos siempre tan burros.

Ya sé que en España los intelectuales, durante décadas, se hicieron (y hacen) la paja con el Ché, Fidel Castro y Ortega y hasta con el Sub (de Subnormal) Comandante Marcos. Y soñaban (y sueñan), ese era el máximo sueño intelectual, poético y lírico de los intelectuales españoles: que los enculara Fidel Castro, que los enculara la Revolución. Por tanto, queda claro lo que quiere decir la señora Belli cuando se declara aún hoy, revolucionaria: ¡miremos a Boric!

Belli tiene ya setenta y tres años, pero su sueño revolucionario sigue vivo. Que alguien llame a Bartolo.

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