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Sábado, 4 de junio de 2022

“Sólo quien es de veras independiente puede realmente, en el fondo, escribir bien. Porque cuando uno depende de lo que sea, se nota en cada una de sus frases. La dependencia paraliza cada frase que se escribe. Por eso no hay más que frases paralíticas, páginas paralíticas, libros paralíticos, sencillamente porque la gente es dependiente: una esposa, una familia, tres hijos, el divorcio, un Estado, una empresa, un seguro, el jefe. Ya pueden escribir lo que quieran, la dependencia se nota siempre, y por eso es malo, está paralizado, paralítico”.

“Tengo ya decidido desde hace tiempo el título de la obra de teatro, La partida de caza, nuestro tiempo (y no sólo el nuestro), nuestra época, etcétera, es sólo una partida de caza”.

“En cuanto a la prosa, sólo estoy interesado en que aparezcan en Suhrkanmp ediciones correctas, sin erratas y que en consecuencia me alegren; no tengo interés en que, sobre esa base, alguna radio cacaree al mundo algo, de una forma insoportable, por 22,87 marcos o en que algún periódico imprima algo para sus estúpidos lectores por 13,74 marcos. Estimo que mi nombre debe aparecer lo mínimo posible en periódicos y radios. Si oigo mi nombre en la radio, me veo en medio de la porquería, si leo mi nombre en el periódico, creo estar en una cloaca”.

“Nunca se está suficientemente en contra”.

“Sé que escribir es también un disparate, pero es y seguirá siendo mi disparate favorito”.


Hoy leeré a Bernhard. Leer a Bernhard limpia y desintoxica.

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© Juan Abreu, 2006-2019