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Martes, 26 de abril de 2022
Y aún esto de 2013.
Domingo, 7 de julio. – Yo antes era muy bruto ya conocen ustedes mi baja extracción, pero he ido mejorando y ahora que estoy entrando en la quinta edad diría que mi brutalidad ha disminuido y hasta podría considerárseme refinado para algunas cosas. Para el aceite de oliva, por ejemplo. Este progreso lo atribuyo, en gran medida, a El Campero. Más que un restaurante El campero es un impulso civilizador. Confieso que toda mi vida me he resistido bastante a la civilización, como todo literato, pero eso ha cambiado en los últimos años y hoy en día me dejo hacer casi cualquier cosa por la civilización. También he dejado de ser literato y hasta he dejado de ser escritor en estos años. Se escribe mejor cuando uno deja de ser escritor. Pero como les decía, ahora (cualquier cosa que eso quiera decir), estoy sentado en El campero y están a punto de traer la mojama y está la manzanilla helada junto a la mesa y tenemos unas caras que me gustaría que ustedes estuvieran aquí para verlas porque definitivamente señoras y señores estos somos verdaderamente nosotros.
El Campero de Barbate, se entiende.