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Jueves, 14 de 2022
La protagonista de este libro es mi madre. Y Marta, la persona a quien se debe que lo haya escrito. Soy un exhibicionista y un egocéntrico, pero nunca pensé en escribir mis memorias (los niños no escriben memorias). Pero. A lo largo de los años que hemos vivido juntos, a Marta le gustaba (¡qué digo, le encantaba!) que le contara anécdotas de mi infancia y juventud. Del tiempo que viví pobre pero feliz, antes de que nos liberaran. Y de mi hambre y otros infortunios y aventuras, ya bajo la dictadura de los Castro. En cierto momento, mi mujer comenzó a insistir en la necesidad de recoger en un libro esas anécdotas. Me resistí un tiempo. ¿A quién puede interesarle todo eso? Pensaba. Pero. Ella puede ser muy persistente. Ahora que el libro existe, me alegro de haber rescatado al menos una parte ínfima de ese mundo ya desaparecido.
Mi madre es la protagonista de este libro. Y yo nunca he salido de debajo de aquella mesa donde me escondía a leer; ahí estoy a la espera de que ella se asome otra vez como solía, y me mire llena de orgullo.