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Miércoles, 2 de marzo de 2022
Caen las bombas y los misiles rusos sobre escuelas, universidades, hospitales, y sobre la población civil ucraniana. Mientras, Biden cacarea como un gallo momificado. Dice que abandona a los ucranianos a su suerte (eso es lo que significa que no enviará al ejército norteamericano, ni barrerá del cielo ucraniano a los aviones rusos). Cómo explicarle a Biden (o quién sea) que tarde o temprano tendrá que hacerlo porque Putin, llegado el momento, hará en otros países lo que hace hoy en Ucrania. La guerra no acabará nunca. Siempre habrá una comunidad de elois que temen la oscuridad y una de morlocks que viven en ella.
Y aún hay quien cuestiona la inapelable veracidad de la gran literatura de ficción.