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Jueves, 10 de febrero de 2022
El próximo domingo se celebran elecciones en uno de los diecisiete países españoles. Hay elecciones y, según las encuestas, ganará el PP, pero, estará obligado a compartir el poder con VOX. ¡No, no! ¡VOX no! ¡Franco! ¡Hitler! ¡Fascismo! Claman las televisiones y los diarios. Es lo que tiene el pensamiento grupal. No presten atención. Que el PP tuviera que gobernar con VOX es lo mejor que le podría pasar al PP. Sin VOX, de perro pastor de las ovejas socialdemócratas y progres y a fin de cuentas socialistas del PP, todo seguiría igual. Pero peor. VOX es el único obstáculo para que PODEMOS y los pijoetarras del PNV y los nacionalracistas de ERC no sigan gobernando España hasta el final de la legislatura y aún cuatro años más. Lo que convertiría España en la primera república castro-peronista de Europa. Sin VOX las dementes políticas mujeristas terminarían colonizando total y totalitariamente la sociedad y la cultura española. VOX es la única esperanza de que los países españoles (también conocidos como autonomías) sean desmantelados poco a poco, o al menos se les prive de competencias que nunca debieron tener. Con VOX compartiendo el poder con el PP, es posible aún que los tribales no ganen la guerra contra el gran idioma español e impongan sus insignificantes jergas.
Sabemos que VOX nunca gobernará España, pero su papel de perro pastor del PP y de muro de contención del castrismo podemita y del racismo antiespañol vasco y catalán, es imprescindible. Gracias a VOX, tal vez, algún día, España consiga ser lo que nunca ha sido: un país de ciudadanos españoles libres e iguales.