4916
Miércoles, 9 de febrero de 2022
Mi cerebro se parece más y más a mi escritura o al revés dirán algunos, yo no, es como estar sentado en la oscuridad y ver pasar fragmentos casi siempre sin conexión alguna, pasan frases, pasan imágenes, pasan escenas y también sólo olores no es que recuerde algo y venga su olor es que viene un olor y su terremoto emocional a veces, depende, y luego recuerdo de dónde procede el olor, o no. Cuando no lo recuerda mi cerebro siente algo muy raro, porque es como si de mi vida o al menos de un fragmento de ella sólo quedara el olor.
Y frases aisladas en ocasiones, como he dicho, ayer mismo de súbito al atardecer mientras paseaba con los perros lo que escribió Reinaldo al dorso de una carta que le hice llegar a la prisión del Morro: “Nadie es grande impunemente”.