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Viernes, 4 de febrero de 2022

Cada cierto tiempo me entran ganas de matar a alguien, como a todo el mundo. La última vez hace pocos días. Leí un artículo sobre un mamalonazo que se dedicaba a trepar montañas a la carrera, había una foto del mamalón, y una vez encima de la montaña abrazaba piedras y cosas así. La nueva cultura mamalonaza, pensé. Entonces me vi apostado a unos quinientos metros del trepador, yo era buen tirador en el ejército pavoroso, con un fusil potentísimo y certerísimo con una gran mirilla telescópica y cuando el hombre-cabra iba alcanzando la cima del peñasco por el que trepaba, pum, lo derribaba de un balazo. Qué maravilla. Podría decirles otra cosa, pero estaría mintiendo y aquí trato de mentir lo menos posible.

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© Juan Abreu, 2006-2019