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Lunes, 31 de enero de 3022

“Por eso el gato es un experto de los misterios telúricos. Pero tiene una dualidad hierática. Es de ojo intenso. El gato fusiona la mirada del apetito de Gorgona con la mirada distante de la contemplación apolínea. El gato valora la invisibilidad, y cómicamente se imagina invisible cuando pasea perezoso por el jardín. Pero también le encanta ser visto, como a todo el mundo; es un espectador del teatro de la vida, divertido, condescendiente. Es un narcisista que está siempre recomponiendo su aspecto. Cuando está desaliñado, se pone de mal humor. Los gatos tienen un sentido de la composición pictórica: se colocan siempre simétricamente en los sofás, las alfombras, incluso sobre una hoja de papel caída en el suelo. Los gatos siguen una métrica apolínea del espacio matemático: ese principio que para mí, es originario de Egipto”.


Releo a Paglia y me ayuda a avanzar hacia el objetivo:que mi cerebro literario y cotidiano esté lo más cerca posible de Léautaud.

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© Juan Abreu, 2006-2019