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Lunes, 27 de diciembre de 2021
La máquina integradora más portentosa creada por la Civilización Occidental, los Estados Unidos de América, ya no funciona como antes. Ha sido debilitada por la basura multicultural izquierdista y por las políticas de género, que son básicamente políticas anti hombre blanco, políticas anticapitalistas. ¿Quién quiere integrarse hoy a una gran nación, a una gran cultura ilustrada? Sólo los “fascistas”. Ya no mola (qué palabra horrenda, qué palabra como una trepanación del cráneo). Lo que mola (qué palabra subnormal, qué palabra morlock) sobre todo entre los jóvenes embobecidos e intelectualmente desarmados en las escuelas públicas europeas, es la pertenencia a la especie dodo “progresista” que, llegada al poder, impone políticas sacrificiales. Todo gobernante europeo que diga que es posible integrar a los millones de inmigrantes a las puertas, procedentes de culturas primitivas, de culturas religiosas agresivas y colonizadoras (la musulmana en primer lugar) miente. Una política de puertas abiertas, suicidamente empática, con la inmigración ilegal sólo conduce a la destrucción de las máquinas sociales integradoras de la Civilización Occidental. Es decir, a la extinción de las sociedades occidentales.