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Martes, 14 de diciembre de 2021

No hace mucho escribí un cuento en el que se resucitaba a los hermano Castro, se les sometía a juicio, y se les condenaba a muerte naturalmente. Qué maravilla. Pero. Como esta formidable tecnología no estará disponible al menos en tres o cuatro siglos, llevo algún tiempo haciendo una lista de dictadores o semejantes que habría que matar sin demora para que la Humanidad, y sobre todo la Civilización Occidental (la única que existe), sobreviva. La resucitación (y ajusticiamiento) como forma de justicia será carísima, así que me he preguntado: ¿para qué perder dinero con esta gente en el futuro si se les puede matar ahora y evitar grandes males y gastos? Mi lista crece y crece con el tiempo. No es una idea original, se la copié a Reinaldo que me dijo una tarde en el siniestro Parque Lenin “hay que hacer una lista de toda la gente que hay que matar, es la única manera de librase de este tipo de maldad”; se refería a la maldad castrista. Yo he mejorado la idea, creo, y mi lista es puramente magnicida. Es mucho más útil matar a los que son capaces de causar la desdicha y la desgracia de muchos.

Ya estoy viejo y no tengo el dinero necesario, pero si fuera joven y multimillonario organizaría un comando magnicida de super mercenarios asesinos para higienizar el mundo. Seamos honestos, matar a Mohamed Abdullahi Mohamed, Xi Jinping, Daniel Ortega ( y consorte), Maduro, Kim Jong-un, Tamin ben Hamad al Thani, Putin, Tayyip Erdogan o los Castro, ¿no es higienizar el mundo?

Créanme, es la única solución para paliar un poco la estupidez la monstruosidad y la locura humana.

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© Juan Abreu, 2006-2019