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Miércoles, 1 de diciembre de 2021

A pesar del emocionante discurso de Cayetana Álvarez de Toledo y de las brillantes intervenciones de Mario Vargas Llosa, Andrés Trapiello y Santiago González, no puedo dejar de pensar allí sentado ¿de verdad se creen todo esto? Y sentía en general cierto desconsuelo, y esa sensación de irrealidad que experimento siempre ante el escenario de una batalla perdida. Hay belleza en la derrota no digo que no, de hecho, es el tipo de belleza que prefiero. Pero es inútil ignorar que cualquier belleza política alberga humanamente su gusano barrenador.

Acabada la presentación del libro, sorteamos la multitud que esperaba la firma de la autora y salimos a la noche de Madrid. Qué ciudad real (ambas acepciones) Madrid. Cena deliciosa y rendimos homenaje al fallecido Lázaro de Barcelona bebiendo su vino Figuero, indisociable en mi cerebro de aquel bacalao apoteósico y hasta grandioso por derrotado. Y de ahí, a la fiesta literaria, donde nos espera la Macanita y el guitarrista Manuel Valencia, excelsos, pero a merced de un público esencialmente maleducado. Gratos reencuentros, la bella Puertollano y Yaiza llena de hembracidad, y periodistas y escritores varios y algún amigo. Pero. Como toda celebración de este tipo es inconcebible sin decepciones, la señorita Landaluce que hace como que no me conoce.

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© Juan Abreu, 2006-2019