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Martes, 28 de septiembre de 2021
Llevo a Marta al aeropuerto. Regreso veloz porque tengo que atender a un programa de la radio colombiana. Eros y política. Hablamos de mi libro y sobre sexo y poder en general. Estamos de acuerdo en que funciona de distinta manera para hombres y mujeres. Cosas de las diferencias entre hombres y mujeres (a la mierda la reaccionaria Igualdad) También hablamos de la decadencia de Barcelona (la opinión de mi amable anfitrión sobre la ciudad es claramente preColau. Lo pongo al día respecto al basurero violento en el que se ha convertido la ciudad. De paso, le hablo maravillas de Madrid. Cuando termina la entrevista, mientras preparo el té, pongo el televisor y lo del volcán, me tienen hasta los huevos con lo del volcán, ya el volcán no es un volcán ya el volcán es un niño asesinado ¡el Pescaito! o un niño muerto al caer en un agujero, la misma sucia operación para hacer caja con el dolor y la tragedia ajena y echarnos encima hasta engullirnos como la lava engulle, toneladas de cursilería y mierda rosa.
Ahora me pondré a trabajar. Quiero corregir lo antes posible el tercer volumen de mis emanaciones. La vida es rauda y letal, como se sabe. Después, en la tarde, terminaré el libro de Zemmour y como estoy solito, al caer la noche me daré a la bebida.