Juan Abreu
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Miércoles, 1 de septiembre de 2021
Si los rusos (no hablemos ya de musulmanes) decidieran mañana invadir Europa no pararían hasta Portugal sin mayores contratiempos y la resistencia de los gobiernos europeos consistiría en ofrecer cursos gratuitos de ruso. Irían más rápido los rusos y hallarían menos oposición que los nazis en Francia. Qué desgracia los europeos (sobre todo sus élites intelectuales) gente cada día que pasa más floja, fofa, blanda y quejica. Se han convertido al aramburismo ahora que lo pienso (¡abrázate con el asesino de tu padre, ruega porque el asesino de tu hijo o marido te mande una cartica!), al perdón, la reconciliación, y sus babas adjuntas: la cobardía y la derrota. Pienso en esto para inspirarme mirando el Jardín en el que picotean urracas y palomas gordinflonas y ha comenzado a soplar un viento mustio y ralo, sigo algo tristón y pesimista como pueden ver será el cambio de tiempo me digo, o que he leído la lista de libros de la rentrée.
