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Sábado, 21 de agosto de 2021
Cuando me canso de tanta palabrería, la mía incluida, abro el Libro de la búsqueda de La Verdad (la verdad del sentido, la única que importa, las otras verdades son todas de rango menor). Y al azar voy leyendo lo que tengo subrayado que es casi todo el libro y así me voy serenando y resignando cosa esta última de la máxima importancia.
“Creo que el alma es un curioso resto fósil del deseo de tratarnos a nosotros mismos como algo absoluto”.
Daniel Dennett
“Cuando se pierde la coherencia cuántica en los microtúbulos, como en un paro cardiaco, o cuando nos morimos, la información cuántica de la escala de Plank en nuestras cabezas, se disipa, se filtra a la escala de Plank del Universo como un todo. La información cuántica que ha comprendido nuestras mentes conscientes e inconscientes durante nuestra vida no se disipa completamente, sino que queda suspendida debido al entrelazamiento cuántico. Al estar en superposición cuántica y no experimentar una reducción o colapso al estado cuántico, es más como nuestra mente subsconciente, como nuestros sueños. Y como el Universo en la escala de Plank es no-local, existe holográfica e indefinidamente. Tal vez eso sea el alma. ¿Por qué no?
Stuart Hameroff
“El libre albedrío en el sentido metafísico implica en realidad que hay acción sin ningún precedente físico. Pero, como científicos, o incluso como personas razonables, sabemos que este no puede ser el caso. Siempre tiene que haber precedentes físicos. Así que lo único que puedo decir es que soy libre en el sentido de que no eres tú quien determina mis acciones; no es una fuerza ciega o el destino; es mi educación, y mis genes, y mis preferencias, y mis deseos. Todas estas cosas, más cierto componente aleatorio que depende de la fluctuación y el ruido en mi cerebro, se conjugan en la toma de decisión en un sentido u otro”.
Christof Koch
“Oh, creo que uno simplemente se esfuma. Y no pienso que la vida tenga un sentido más allá del que nosotros le damos. Es como la visión, quiero decir que no sólo proyectamos colores en los objetos –los objetos, naturalmente, no tienen color por sí mismos–, sino que también proyectamos sentidos en las cosas”.
Richard Gregory