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Miércoles, 23 de junio de 2021

ENTREVISTA

Rrrrreuuurrr…

Yo: Vamos, sal…
Mi Pito: A ver… ¿porqué me metes en este compromiso?
Yo: ¿Cuál compromiso?
Mi Pito: El de entrevistarte.
Yo: Pensé que te gustaría, con lo exhibicionista que eres…
Mi Pito: Mejor exhibicionista que intelectual.
Yo: Hombre, de nosotros el intelectual siempre has sido tú.
Mi Pito: Eso es verdad.
Yo: Bueno qué, ¿comenzamos?
Mi Pito: Qué remedio… ¿De dónde sale la idea de escribir Eros y política? Sin pujos de literato, eh…
Yo: El azar, supongo. También ganas de jeringar. ¡Y me ha salido un retablo único de la clase política española! Humorístico, claro. Lo peor que se puede hacer en esta profesión es tomarse a uno mismo en serio o tomar en serio al público. Si lo haces te conviertes en Aramburu o Millás… Terminas creyéndote que cualquier chorrada que escribes es trascendental y salvará a la Humanidad cuando cualquier tarado sabe que la Humanidad no tiene salvación.
Mi Pito: Bueno, no te me pongas grave… que de la gravedad al ridículo hay medio paso. Y por cierto, ahora que mencionas a Millás; tiene fama de pichacorta.
Yo: ¿Y cómo sabes tú eso?
Mi Pito: Estoy en un chat de pitos y me entero de todo…
Yo: Santocielo. ¡Un chat de pitos! El mundo se va a la mierda. A saber lo que dirás de mi…
Mi Pito: De ti nunca hablo, hablo de mí.
Yo: Menos mal.
Mi Pito: Pero sigamos con la entrevista. ¿Por qué te metes tanto con mujeres follables de izquierda en el libro y haces apología de las de derecha; reconozco que las de derechas están requetebuenas ¡esa Olona!, pero, ¿no ves cierto sesgo ideológico en eso?
Yo: No es verdad. Mírate los eros y política de las hermanas Serra, por ejemplo; aunque es cierto que, en general, las mujeres de izquierda son más feas, para no hablar de las abertzales que son triplefeas de nacimiento. Por otro lado, quiero aprovechar la ocasión para apuntar que hay que ser medido y selectivo en lo que respecta…
Mi Pito: ¿Selectivo? ¿Tú selectivo? Pero si me has hecho meterme en los lugares más insólitos, porque el que se mete soy yo, eh, tú te quedas fuera… ¿cómo te atreves a pronunciar la palabra selectivo?
Yo: Pero qué cara dura, con la vida que te has dado gracias a mí…
Mi Pito: ¿Gracias a ti? A ver qué ibas a hacer tú sin mí, de la lengua no se vive… el trabajo duro, nunca mejor dicho, lo hago yo.
Yo: Bueno, dejemos eso y continuemos…
Mi Pito: ¿Qué criterio seguiste para elegir a los personajes que aparecen en el libro?
Yo: Ninguno. Un día escribí un texto breve sobre la alcaldesa Colau. Un texto burlándome de Colau por alguna de sus estupideces y de ahí salió todo. Ese fue el germen del libro. Un germen gordo sin duda.
Mi Pito: Eso del germen queda muy ridículo, elimínalo, si sigues hablando así terminarás como Lucas Lírico…
Yo: Oye tampoco hay que ofender.
Mi Pito: Sí que hay que ofender tú mismo te pasas la vida ofendiendo y diciendo que hay que ofender, y ahora que crees que te ofendo ya me quieres censurar… lo que hay que ver. ¡A tu propio pito! Si sigues así me voy a entrevistar a Pérez Reverte te advierto.
Yo: Sólo faltaría eso, traidor.
Mi Pito: Pérez Reverte es guapo y famoso, y tiene esa cabeza corte glande orgullo de nuestra especie, me iría mejor entrevistarlo a él. Va y se me pega algo, alguna dama necesitada…
Yo: Jajájá; no me hagas reír. Es que crees que no me ha dado cuenta de lo fallón que te has puesto. ¿Pero me entrevistas o no?
Pito: ¡Qué! ¡Yo! ¡Pero si me pongo duro a la mínima! ¿Pero de qué hablas? ¡Calumnias sí que no!
Yo: Oye, vamos a dejarlo. Esto no ha sido una buena idea. Cómo se me ocurrió que podrías hacerme tú una entrevista.
Mi Pito: Sí, sí, vete con la Yaiza esa, que te haga la entrevista ella, no creas que no me he enterado. Traidor. Ingrato. Preferirla a ella antes que a tu propio pito, qué vergüenza.
Yo: Pero si lo de Yaiza era una broma… no hay nada en firme…no te pongas así…
Mi Pito: No, estoy muy ofendido. Ni se te ocurra tocarme que últimamente estás hecho un pajero de cuidado.
Yo: Pero qué dices… ¿yo?
Mi Pito: Qué desilusión, toda una vida juntos, metiéndome por ti en lugares donde yo no me hubiera metido jamás…
Yo: Calma, calma, no es para tanto, cálmate.
Mi Pito: ¿¡Que me calme!? Cierra inmediatamente esa portañuela y ¡ni se te ocurra escribir cremallera!

Rrrrreuuurrr

Yo: Bueno, al menos acabamos la entrevista sin citar a ningún filósofo.

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