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Lunes, 24 de mayo de 2021
No sé si escribiré otra novela. He perdido el interés por la novela. Escribir fue hasta la ventana y contempló el atardecer. A esa hora el mar, en la distancia, era una melancolía furiosa, un animal en llamas. Es ya para mí impensable. Todo ese relleno. Tampoco es que haya escrito muchas novelas. Tres. Lo demás no es novela, al menos no en el sentido convencional. Cuentos largos, nouvelle o noveleta como se decía en la pavorosa algo que no llega a novela, algo fragmentario como la vida, toda fragmentos; creo que ha sido una forma de ser realista de escribir más la realidad y los hechos (no la verdad, que es un concepto moral inventado y por tanto de ficción), de prepararme para el gran desafío de escribir con la mayor cantidad de realidad asumida posible, en el que ha culminado mi escritura (Emanaciones). Lo de escribir sin literatura, a lo Léautaud. Pero. He pensado en que si escribiera una nueva novela la titularía: ¿Sueñan los hombres libres con lanzar bombas de neutrones? Un homenaje al gran Dick naturalmente, pero también otro paso hacia la escritura sin literatura y hacia la escritura real que inútilmente persigo.