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Domingo, 23 de mayo de 2021
Este año el cerezo ha dado más frutos que nunca, tiene que ver con la poda. Lo podamos y este es el resultado. Y las cerezas más gordas y rojas. En el desayuno, mientras me comía algunas, pensé en lo de la poda. Hay que podar. Lo que me llevó como todo a Juan Abreu. Y en cómo lo he podado a lo largo de los años como se dice. Poda de lo tribal, poda de lo nacional, el nacionalismo no es más que exacerbación de lo tribal. Por eso es tan ridículo, y tan tramposo, declararse antinacionalista pero catalán, español, cubano, gallego, valenciano, vasco o francés. Han vuelto las tribus. Nadie me hizo caso hace años cuando recomendé como sistema curativo para España que cada niño español se cagara en la Patria y la Tribu cada día al despertar qué vacuna formidable, cuánto hubiéramos mejorado, pero no me hicieron caso y así les va. España es un cáncer tribal en fase de incurable metástasis. Yo, fugitivo total, me he podado toda la mierda isleña y toda la mierda nacional y toda la mierda tribal y toda la mierda de la identidad y soy un hombre libre en el paisaje del mundo. Y las cerezas dulcísimas he de decir.