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Viernes, 21 de mayo de 2021
Para que se produzca el fenómeno químico de mi yo lector adolescente (¿los yoes que fuimos perduran, tiene nuestro cerebro esa sopa química un almacén de yoes?) no basta la lectura, las palabras. Otros factores son también determinantes. La edición del libro. Por ejemplo. El fenómeno químico sólo se produce con las viejas ediciones de la Editorial Molino, con sus bellas portadas, sus tapas duras, sus cándidas ilustraciones. Con otras ediciones recientes y sus feas portadas modernillas y sus aún más atroces ilustraciones a la moda, no se produce el fenómeno químico, lo he comprobado. Para que regrese o despierte o salga del almacén el yo lector adolescente no es suficiente lo escrito por Blyton o Saville, aunque son ellos sin duda los que propician la reacción química. Hay más.