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Jueves, 25 de febrero de 2021
Termino el libro de Kertész y antes de comenzar el de Géza Csáth el libertino leo un librito que publicó Anagrama hace casi cincuenta años. Un tomito sobre Gombrowicz, contiene un texto autobiográfico y algunas entrevistas con el escritor polaco. Me costó encontrar el librito en librerías de segunda mano y me llegó endeble, con las hojas muy amarillas: esas ediciones sin apenas margen que hacen para ahorrar dinero los editores. Es una joya absoluta el librito y está que se deshace y descatalogado hace décadas por lo que desde aquí pido, qué digo pido, ruego a cualquier editorial que por favor haga una nueva y cuidada edición con márgenes y letra grande de este librito que es una joya como digo.
“Desde un punto de vista político o ideológico, el movimiento de la juventud no me interesa en absoluto. Sus nuevas ideologías han sido previamente moldeadas por las personas mayores y son de mala calidad; son apariencias, palabras vacías. Veo en la crisis de la juventud una crisis de adultos”.
“He escrito un ensayo sobre Dante que va a ser publicado ahora en polaco y en francés. Considero a Dante con admiración y desprecio a la vez. ¿hay algo más ruin que la idea de un castigo eterno que, para colmo, tiene lugar bajo el resplandor de un amor divino supuestamente ilimitado”.
“Yo mismo me he convertido en un Wombrowicz formado y definido por sus propias obras. En el fondo me siento esclavo de este Wombrowicz, una cosa completamente delimitada. ¡Fatal situación! Pienso en diferentes clases de bancarrota y fracasos para destruir lo que he hecho. Pero, ¿encontraría la forma y la perseverancia necesarias? En parte soy un objeto terminado, en parte una bomba de relojería cuyo mecanismo todavía hace tic tac”.
“Todo lo que se hace es con intención de no envejecer. Por ejemplo, cuando usted toma una taza de café con leche es porque no quiere envejecer. Es una cosa evidente, ¿no es cierto?: todos buscamos la vida”.
“¿Y quién puede considerarse importante? Si mañana se me demuestra que soy muy poca cosa, ¿qué? Creer que uno tiene razón es algo muy banal”.