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Viernes, 12 de febrero de 2021

Termino de leer Ferdydurke en la formidable, única e insuperable primera traducción al español, traducción legendaria. Qué suerte tuvo Gombrowicz de que presidiera su equipo de traducción del café Rex un gran escritor como Virgilio Piñera, sin quitar mérito al resto del grupo. Pero. Un gran escritor. El azar puede llegar a ser cómplice de la fuga, y la fuga es, admitámoslo de una vez, la única belleza. Cerrando el libro, emocionado, pensé en que Ferdydurke está a la altura de obras monumentales pensé en El proceso. Y pensé también, ya en plan ludibrio, en las literaturerías de los cortázares y comparsa. Donde Gombrowicz pone su facha en juego, los demás modernos y modernillos literaturerías. Incluso al admirado Kafka algo rígido ahora lo veo por su simbolismo el escarabajo y el castillo y su artista del hambre y su portero, pero sin facha. Poderoso mi Kafka, pero sin facha y lo peor sin risotada ni estrujamiento, ¡sin fuga! ¡Y sin facha!

“¡No, no me despido de vosotras extrañas y desconocidas fachadas de extraños, desconocidos fachendos que me vais a leer (…) Llegad y acercaos a mí, comenzad vuestro estrujamiento, hacedme una nueva facha para que de nuevo tenga que huir de vosotros en otros hombres, y correr, correr, correr a través de toda la humanidad. Pues no hay huida ante la facha sino en otra facha, y ante el hombre sólo podemos refugiarnos en otro hombre. Y, ante el culito, ya no hay ninguna huida. ¡Perseguidme si queréis! Huyo con mi facha en las manos”.

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© Juan Abreu, 2006-2019