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Jueves, 31 de diciembre de 2020

Hoy termina el año. Y hay tantas cosas que desear. En primer lugar el meteorito, ese es naturalmente mi perenne gran deseo. No pierdo la esperanza de que en algún lugar de la galaxia viaje ya en este momento la catástrofe total hacia nosotros. Poder recurrir a esa esperanza estos días es un gran alivio. También hay deseos de rango local, son muchos, pero mi gran talento para la síntesis ayudará.

Que los españoles manden a la mierda de una vez la convivencia, en España la Convivencia es lo que en Cuba la Paz, la enarbolan los que siempre están en guerra. La Convivencia en España es la maniobra de distracción preferida de los enemigos de los españoles libres e iguales y, junto a la Igualdad, es el arma más eficaz de los abanderados de la esclavitud.

Que podamos saber este año que comienza si los españoles son hombres libres o una caterva de cobardes y de mierdas que se dejarán conducir obedientemente al matadero neocomunista sin levantar un dedo para defender la libertad y la democracia ganada en 1978.

Que los españoles comprendan de una vez que la diversidad es una montaña de mierda y que el multiculturalismo es una ponzoñosa estupidez.

Que los españoles comprendan que las jerigonzas regionales son tumores que sólo han servido para ordeñar a los españoles libres e iguales y para sembrar el odio, el racismo, la división y la intolerancia en España. A la mierda las jerigonzas regionales. Lo que hacen los gobiernos vasco y catalán etcétera imponiendo las jerigonzas regionales a los niños es abuso infantil.

Y ya lo dejo que me sube el vómito sólo añadir que de la isla pavorosa donde nací no hablo porque mi deseo respecto a la isla es más que conocido es decir que sea bombardeada hasta que se hunda en el mar. Pobre mar, tener que tragarse eso.

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