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Miércoles, 9 de diciembre de 2020

Va progresando Vida de perro un librito que estoy escribiendo sobre mi vida con los perritos. Será un libro de unas cien páginas a lo sumo, lo imagino ilustrado y en una de esas editoriales pequeñas y exquisitas, que algunas hay en España. Me he propuesto escribir todos los dias un capítulo o capitulito son muy breves y algunos brevísimos. Ya tengo escritos cuarenta y nueve. Aquí les dejo uno de los capítulos o capitulitos.

Antes podía entrar
A veces el perro, dormido, gime. Tiemblan sus párpados y el pelo del lomo ondula y su respiración se entorna. Los gemidos que emite tienen un poco de paraje artero y otro poco de fetal indefensión. Yo aparto los ojos del libro y lo miro y veo al perro que es mi perro negro el más musculoso esbelto y veloz de los dos que tengo, el más animal de presa, de la reminiscencia de ser un animal de presa quiero decir, atravesando unos prados colmados de una niebla de cristal. Yo antes podía entrar y salir de esa niebla de cristal, pero algo me ha pasado y ya no puedo. Esa niebla es a veces blonda e infantil en los gemidos del perro y a veces la niebla misma es el perro, pero, cuando eso sucede, sé que la niebla intenta engañarme. Entonces me quedo quieto, escuchando muy concentrado, los gemidos del perro; temo que, si la niebla sabe que la veo, se tragará a mi perro que quedará atrapado para siempre en esos prados de niebla que me están vedados. Así que permanezco inmóvil hasta que su respiración se sosiega y comprendo que ha regresado y sólo entonces me atrevo a mirarlo otra vez y a volver a la lectura.

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© Juan Abreu, 2006-2019