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Viernes, 17 de abril de 2020
Y. Abundando en el tema de la decadencia española. Estoy leyendo Historia de un alemán de Sebastian Haffner y véase cómo describe el ambiente de la Alemania pre nazi y las razones por las que los alemanes perdieron finalmente la paz el bienestar y la libertad.
“En todas partes había una porción razonable de libertad, calma, orden, liberalismo bienintencionado, buenos salarios, comida de calidad y un ligero aburrimiento entre la opinión pública. Todos y cada uno habían recuperado su vida privada, siendo invitados a organizarla según sus preferencias y a ser felices a su manera. Sin embargo, en aquel momento sucedió algo extraño – y al decir esto considero que estoy revelando uno de los acontecimientos políticos fundamentales de nuestro tiempo que no figuró en ningún periódico -: las nuevas posibilidades fueron desestimadas en la mayoría de los casos. No hubo disposición para ello. Resultó que toda una generación de alemanes no supo que hacer con un regalo consistente en gozar de la vida privada en libertad. (…) Así, no percibieron el fin de las tensiones públicas ni el regreso de la libertad individual como un don, sino como una privación. Empezaron a aburrirse, se les ocurrieron ideas tontas, se volvieron huraños y, finalmente, aguardaban casi con ansia a que se produjera el primer desorden, el primer revés o incidente que les permitiera liquidar todo el período de paz y emprender nuevas aventuras colectivas”.
No sé a ustedes, pero a mí se me parece mucho a lo que ha sucedido en España. La diferencia es que aquí los futuros nazis son los españoles moldeados por cuarenta años de educación tribal y adoctrinamiento izquierdista antiespañol.