Juan Abreu
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Ahora sí que empiezo a mejorar ayer me puse a hacer tintas. En una de las dos que pasaron la criba (siempre rompo tres o cuatro por cada una que sobrevive) hay una mujer suspendida del techo una escena de bondage con las piernas abiertas y el chocho muy negro y como acorralado por las ataduras y suntuoso. La raja abierta y ella que empina el vientre pidiendo yo bien se qué. En la otra que conservaré, hay dos mujeres muy gordas (esas mujeres muy gordas tienen un encanto especial creo yo, no sé qué pensarán ustedes) con tetas que son grandes masas comestibles más que mujeres pasteles gigantescos crema apelotonada y muslos jamón del bueno el sexo no es gran sexo hasta que no se hace caníbal. Pues esta mujer muy gorda y muy atractiva para mí una diosa carnívora más que carnal tumbada de lado alza una pierna para recibir al varón que está de rodillas y la empala, este ayuntamiento es apenas unas manchas no hay definición hay que adivinarlo todo (y me gusta lo confieso la crucial interacción entre estas palabras y la tinta: deberían exhibirse juntas, si no no) pero lo que hace la escena verdaderamente intrigante y dichosa es la figura sentada detrás la figura de una mujer con el rostro levantado y una lujuria crispada en el gesto ¿se está corriendo? también muy gorda gran barriga y tetas a punto de chorrear.
Haré varias versiones de ese trío y se me puso dura pintando a estas gordas que lo sepan.
