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Mi amigo Ernesto, muy amablemente, al enterarse de mis problemas de salud me envía dos libros. Y sus buenos deseos de un pronto restablecimiento. No soy un buen lector de poesía contemporánea así que comienzo a leer primero el libro de Edmund de Waal, una obra bastante inclasificable de las llamadas de no ficción. Un libro sobre la blancura, qué gran tema. De Wall es ceramista y comienza su libro con un viaje a China donde, durante mil años, se ha fabricado la más hermosa porcelana. Y nos va contando De Wall con una prosa rítmica y agradablemente pastosa su aventura que es una aventura ¿cómo decirlo? de la niebla y de la leche de la tierra.
Y a cada página que leo la verdad es que me voy sintiendo mejor y mejor.
