5670

Viernes, 7 de junio de 2024

Ha muerto en Miami mi querida Nancy Pérez Crespo. Una mujer excepcional. Los marielitos estamos en deuda con ella. Nos recibió como a niños perdidos (de cierta manera lo éramos) que la más terrible tormenta hubiera arrojado a playas solitarias. Durante mis días de mayor desamparo, me acogió en su librería en Hialeah. Allí exhibí mis primeros cuadros miamenses. Nancy fue para nosotros un hada madrina. Su casa era de esas, raras, a las que es muy fácil llegar, pero casi imposible irse. De ese tamaño era su cariño y su generosidad. Poseía además un don que nos deparó jornadas formidables: era capaz de alcanzar, cómo si fuera fácil, sin aspavientos, lo que para mí es la cúspide del arte culinario: confeccionar platos portentosos prácticamente de la nada. Ser un gran chef con todos los productos e ingredientes al alcance de la mano, es otra cosa. Ya me gustaría ver a estos famosos chefs españoles en la cocina vacía de Nancy. Y hoy me dicen que ha muerto mi querida Nancy. Su muerte es un duro golpe para un exilio militante y anticastrista (la emigración es otra cosa) en vías de extinción. Hoy es un día triste para los cubanos, para la gente del Mariel, y para mí especialmente.

El tiempo pasa y nos lleva.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019